¿Es ésta tu primera referencia sobre el vino tinto 19 Crimes?
Como amante de los buenos vinos llegaste a esta página gracias a tu curiosidad.
Tu interés será premiado con 2 interesantes datos sobre 19 Crimes...
19 Crimes es una colección de vinos australianos cuyo nombre es la base de una inteligente estrategia de marketing que ha llevado esta marca a todo el mundo, incluyendo México, en los últimos años.
El catálogo de la marca tiene un total de ocho vinos tintos, dos vinos blancos y un rosado.
Este vino ofrece aromas de vainilla con sabores de frambuesas, ciruelas oscuras y chocolate.
Este vino tiene un olor intenso con aromas de vainilla, moras y grosellas rojas.
Su firmeza llena el paladar con tenues sabores a cerezas oscuras y chocolate.
Esa explosión de sabores es rematada con un final persistente de suaves taninos.
Sabor satisfactorio con una dulzura envolvente en la boca.
Los aromas de chocolate amargo y vainilla complementan los sutiles sabores de clavo y de canela.
Este Chardonnay, de cuerpo completo, ofrece sabores a huesos de frutas maduras equilibrados con los de roble tostado, miel y toques de especias.
Al final, notas cremosas de caramelo y vainilla.
Su cuerpo medio, con taninos suaves y redondos, y dulzura frutal de cereza y fresa, complementa los tenues sabores de vainilla y roble especiado.
Todos estos elementos crean un vino equilibrado y agradable con un largo final.
Ligero pero de carácter único, este Sauvignon Blanc está lleno de aromas de maracuyá, pomelo, grosella y guayaba.
Ofrece un cuerpo ligero con un final fresco y un color pajizo claro. Un vino para paladares conservadores.
En 1770, el teniente inglés James Cook desembarcó en la costa este de Australia y la reclamó para el Imperio Británico.
Emocionado, regresó a su país para convencer a la Corona de colonizar el lugar.
18 años después, en 1788, y habiendo muerto James Cook en Hawái, 11 barcos británicos llegaron a Botany Bay, hoy Sidney, para establecer un penal: la primera colonia en el territorio australiano.
De dicha flota, comandada por el capitán Arthur Phillip, desembarcaron tropas y convictos.
A estos últimos se les ordenó limpiar un área de terreno para instalar un campamento y construir el penal.
Durante un período de 80 años, de 1788 hasta 1868, más de 160 000 condenados fueron enviados al continente australiano, entre hombres y mujeres, desde sus hogares en Irlanda y Gran Bretaña.
Muchos de ellos murieron durante el largo viaje.
Otros enfermaron a lo largo del trayecto y quedaron muy débiles para trabajar.
Para aquellos que sobrevivieron les esperaba una ruda vida como colonos y los peligros eran tales que sólo sobrevivieron los más resistentes.
Durante los primeros años después del asentamiento en el lugar, tanto el capitán Phillip como los colonos afrontaron inmensas penurias.
Las costumbres británicas de satisfacer las necesidades básicas al principio no tuvieron éxito en el entorno australiano.
Los primeros intentos en la agricultura fueron dificultosos y los suministros alimentarios eran escasos.
Sin embargo, con el paso del tiempo el servicio de buques se intensificó facilitando el comercio y la llegada de más provisiones.
Varios meses después de la fundación del penal, a cada reo que terminaba su condena se le proporcionaba una fracción de tierra para que ahí construyera su casa y cultivara.
Paralelamente la mayoría de condenados pasó más tiempo en libertad que en reclusión, teniendo así la opción de trabajar por buenos salarios.
Con el paso de los años esa singular política colonial incubó el creciente progreso económico de la naciente Australia.
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